Las organizaciones y sus estructuras están en la búsqueda constante de la adquisición de resultados con atletas superlativos. Las grandes marcas y multinacionales intentan acaparar los mercados con procesos de sponsor para deportistas, organización de grandes eventos, patrocinios para clubes e inversiones en la infraestructura de los mismos. Además, las ciencias multidisciplinarias generan un aporte importante para el crecimiento personal y del rendimiento de los competidores, entrenadores, dirigentes y empresarios del deporte.
El deporte puede ser analizado desde múltiples atmósferas, el nivel competitivo mencionado en las líneas anteriores, el deporte amateur, el deporte social comunitario, deporte formativo, la estimulación pre deportiva escolar y el deporte para personas en condición de discapacidad. Cada uno de estos ambientes, requiere de una gestión determinada para el cumplimiento de estándares, es irresponsable pensar que la exigencia tanto física como mental se interprete de la misma manera en poblaciones formativas y en deportistas profesionales. Existen metodólogos que caen en este error, generan una presión que es irresistible por parte de niños y adolescentes, los cuales necesitan experimentar diferentes costumbres y hábitos en relación al deporte para que su vida mental no se vea fisurada por una carga prematura indebida.
Una distinción importante en este punto, es que la familia tiene un rol significativo en todos estos procesos del deportista en formación. Un entorno adecuado permite que los niños interpreten el deporte como un espacio de disfrute y goce y no como el escenario donde deben figurar por encima del resto de participantes. Sin bien, se hace necesario que, en las primeras etapas de la infancia, estos niños aprendan el valor de la competitividad y el intentar ganar, existen otros medios para que se puedan instruir a nivel integral por medio de la práctica deportiva. A continuación, se mencionarán algunos de ellos:
La socialización: Investigaciones llevadas a cabo por Facundo Manes, eminente rector de la universidad de Favaloro en Argentina, han hecho contribuciones importantes para comprender por qué el cerebro humano necesita de la socialización para alcanzar unos niveles importantes en las conexiones neuronales y en el bienestar global. En esta parte se puede interpretar la socialización de los niños en: El trabajo en equipo, el liderazgo, la empatía, así como las relaciones con sus pares, los entrenadores, los padres de familia de otros niños y dirigentes.
Aprender a ganar y a perder: Si bien lo que se busca siempre es la victoria, el deporte no lo permite en el 100% de las veces. Daniel Goleman, en su célebre obra de la inteligencia emocional, data de la tolerancia a la frustración y el control de los impulsos como factores clave en el rumbo de la gestión de las emociones para una vida a plenitud y el bienestar en la salud.
Instruirse en el reglamento de su deporte: La Conmebol (confederación sudamericana de futbol) en sus actualizaciones, divide el futbol base en: futbol infantil y futbol juvenil, en cada uno de ellos prioriza el aprendizaje de la reglamentación para que los deportistas puedan avanzar de categoría y su proceso no se vea entorpecido.
Teniendo en cuenta lo anterior, la importancia que tiene el núcleo familiar y el entorno en el cual se desenvuelva el deportista, permitirá en gran medida, que los objetivos en la vida deportiva se puedan cumplir con satisfacción, recordemos que el deporte es inherente a la educación y que, si los atletas en formación lo logran los niveles del profesionalismo, sentaran bases sólidas en sus vivencias como seres humanos.
Volviendo con Goleman, uno de los componentes que puede ser clave en la vida de los niños vistos como seres humanos antes que deportistas, es que la alfabetización emocional marca grandes diferencias entre unos y otros. Cabe resaltar que la inteligencia emocional trasciende en las diferentes atmósferas de análisis del deporte, ya que, en la arquitectura biológica, las personas están programadas para determinados comportamientos tanto a nivel individual como social y estos se transfieren al deporte. Este autor, argumenta críticamente que el sistema educativo esta bombardeado de criterios enfocados al coeficiente intelectual, cabe resaltar que, estos test fueron realizados por Lewis Terman y hasta hace muy pocas décadas se tenía la noción que dichos test definían todo el concepto de inteligencia. Al reconocer el deporte como parte de la educación, y teniendo en cuenta que las investigaciones realizadas por Goleman datan a la inteligencia emocional por encima de la racional surge la siguiente pregunta. ¿Se debería priorizar la inteligencia de las emociones como pre requisito al rendimiento deportivo en los clubes de formación? La obra de Goleman permite identificar que la educación de las emociones supone una ventaja importante, aprender a reconocer los sentimientos propios y de los demás, las competencias sociales, el control de los impulsos, el saber postergar la gratificación, la comunicación asertiva, la tolerancia a la frustración, el pensamiento optimista a pesar de las dificultades y la empatía, son elementos de gran significación no sólo para cumplir objetivos trazados, sino la estrecha relación que existe entre las regiones cerebrales de las emociones y el sistema inmunológico. Además, si emocionalmente los niños se sienten de la mejor manera, la probabilidad de éxito incrementa sustancialmente.
Para los formadores y padres que desean lo mejor para sus deportistas: Los seres humanos primero sienten y después piensan, ante este revelador descubrimiento se pueden comprender muchas cosas para la gestión adecuada de futuros talentos en el deporte.